
Redacción: Alvaro Carbajal periodista de la Unidad de Comunicaciones
Fotografías: Roberto Galindo
El Departamento de Ciencias de la Educación inauguró el Segundo Congreso de Pedagogía Social denominado “Definición del perfil del educador social en El Salvador”. La actividad se desarrolló del 25 al 28 de marzo en la sala de conferencias del edificio Alejandro Dagoberto Marroquín.
Las temáticas abordadas en el congreso fueron: Educador político o en formación ciudadana, Educador ambiental, Animador socio-ambiental, Pedagogo hospitalario, Educador de niños infractores de la ley, Educador del adulto mayor, Educador de niños de la calle.
Otras temáticas abordadas son: Educador para el desarrollo comunitario, Educador de personas con drogodependencia, Educador agropecuario, Educador en puericultura, educador de tránsito vial y Educador en gestión de riesgo.
Durante el acto protocolar, el Maestro Oscar Wuilman Herrera Ramos jefe del Departamento de Ciencias de la Educación dijo que la actividad fue organizada por estudiantes de la cátedra Pedagogía Social, de la cual él es el profesor titular y tiene por finalidad sensibilizar a los futuros educadores sobre las temáticas arriba mencionadas.
Herrera Ramos explicó que los educadores en las temáticas son formadores distintos al educador tradicional al que se está acostumbrado a ver o conocer, al educador que vemos en el aula, más bien el pedagogo social es aquel profesional dedicado a reinsertar a personas de la calle, es como romper el esquema de creer que el aula es el único espacio donde se realizan procesos educativos.
Sostiene que hay personas que por su edad o por su situación personal ya no pueden asistir a una escuela formal, en ese marco, ese tipo de personas necesitan un tipo de formación que lo puedes desarrollar en un espacio más libre, como por ejemplo, cómo puede ser la educación de un niño de la calle, el educador tiene que buscar herramientas pedagógicas para sacar a ese niño e reintegrarlo a la sociedad.
El jefe del departamento dijo que son ambientes pedagógicos del cual no está acostumbrada la gente, por lo tanto tiene que formularse un paradigma distinto al que se ha hecho, por lo tanto la situación aquí en El Salvador de educadores sociales profesionales no hay, sino que lo que tenemos son personas con buenas intenciones, carentes del proceso metodológico y técnicos para intervenir en esas profesiones.
Sostiene que los educadores sociales aquí en el país desarrollan su labor desde una perspectiva más empírica, vinculados a una cuestión de ánimo, más por una vocación muy personal, por ejemplo: hoy nos visitó un educador hospitalario que trabajó con niños con una condición de internamiento en el hospital Bloom, niños que padecen de cáncer, que su labor es enseñarle a tocar un instrumento musical, niños que su desenlace puede ser fatal.
En ese contexto, Herrera Ramos reflexiona de cómo a futuro el Departamento de Educación pueda formar profesionales en el campo de la Pedagogía Social, en el sentido que no están preparados para trabajar en esos ambientes, cómo reeducar a las personas, trabajar en comunidades marginales, cómo sacar a las personas de esos ambientes, reinsertarlos a la sociedad.
Para el profesional de educación, el Pedagogo social es aquel profesional que se le conoce como saneadora social que debe evitar que un niño sea expulsado de la escuela, trabajarlo para mantenerlo dentro del contexto escolar, evitar que deje la escuela, porque si la deja se convierte en un riesgo social, se debe entender que la educación no consiste en disciplinar al educando, ni solo ponerle normas.
Herrera Ramos, para la comprensión de los fenómenos sociales como las maras, citó a Emilio Durkheim lo que pasa con estas anomías sociales (delincuentes o mareros) es que han sido mal socializados, habían adquirido mal los valores, habían aprendido antivalores, no corresponde a lo que la sociedad quiere o demanda, en la cual se pueda convivir en armonía.
Para superar lo expuesto, sostiene que hay que resocializar y es justo donde entra la labor de un pedagogo social, la reinserción, y en contexto como en España, para ser pedagogo social te exigen más requisitos que para estudiar medicina, por que tratar con poblaciones en riesgo no es una tarea fácil, la idea es que los estudiantes de educación conozcan cómo la gente se desempeña empíricamente en una labor de jóvenes en riesgo, finalizó el académico.