
Redacción y fotografía: Alvaro Carbajal, periodista de la Unidad de Comunicaciones
En el marco de la profesionalización académica y desde la Escuela de Posgrados de la Facultad de Ciencias y Humanidades, las Licenciadas Xenia Beatriz González y Griseida Oliva Amaya de González, realizaron la defensa de su tesis “Alegoría y memoria en la novela negra centroamericana”, para optar al grado de Máster en Estudios Culturales de Centro América opción Literatura.
La defensa de la tesis tuvo lugar el miércoles 16 de agosto del corriente año en el aula No. 3 de la Escuela de Posgrados del edificio Alejandro Dagoberto Marroquín. El jurado calificador estuvo integrado por el Dr. Ricardo Roque Baldovinos (asesor), Dr. Carlos Roberto Paz Manzano y MsC. Héctor Daniel Carballo.
Durante la defensa de la tesis, Grisieda de González planteó que la novela negra permite reconstruir los hechos que siguen presentes en las sociedades centroamericanas, para ello retoma lo planteado por Uriel Quesada del artículo. ¿Por qué estos crímenes? Literatura policiaca en Centroamérica que señala a la novela centroamericana de posguerra se construye tanto en lo histórico como en lo policíaco.
Además, explicó los estudios sobre la memoria individual y colectiva en la literatura centroamericana de posguerra de los que destacan trabajos de Werner Mackenbach (2012), de Alexandra Ortiz Wallner (2007), de Beatriz Cortez (2012) con el artículo “Memorias del desencanto: el duelo postergado y la pérdida de una subjetividad heroica” y el artículo de Ricardo Roque Baldovinos, “Duelo y memoria. Sobre la narrativa de posguerra en El Salvador”.
Sostiene que la alegoría es el tropo por excelencia que le otorga sentido a los fragmentos que interpelan al presente como imágenes arrancadas del pasado en los relatos de la novela negra centroamericana.
Griseida de González plantea que al restituir la memoria, que aparece fragmentada en la novela negra, a través de la alegoría, se revelan los residuos, las ruinas que sobreviven como destellos del pasado que continúan viviendo, existiendo en el presente porque revelan algo no resuelto, ni acabado.
También, agregó que para la construcción del marco teórico de su trabajo utilizaron El diccionario de términos literarios (Calderón, 1996) que define la novela negra como un subgénero narrativo que está relacionado con la novela policiaca y que surgió en Norteamérica a comienzos de los años veinte del siglo pasado.
Además algunos trabajos literarios de Alexander Salinas (2007), Misha Kokotovic (2012), Coello Gutiérrez (2009), Ronald Rivera (2014) y los conceptos de memoria y alegoría definida por varios autores, entre ellos Para Halbwachs (1968), Méndez-Reyes (2008), Walter Benjamin y Idelber Avelar (2000).
Por su parte, Xenia Beatriz González explicó la parte metodológica en la que tomaron como muestra para la investigación cinco novelas: El arma en el hombre (2001) e Insensatez (2004) del escritor salvadoreño Horacio Castellanos Moya; El hombre de Montserrat (2005) de Dante Liano y El Cojo Bueno (2001) de Rodrigo Rey Rosa, ambos de Guatemala; la novela nicaragüense Y TE DIRÉ QUIÉN ERES: (Mariposa traicionera) (2006) de Franz Galich.
Beatriz Gonzáles afirmó que determinaron una red conceptual que permitió comprender la historia de la trama en relación a los postulados propuestos por Idelber Avelar en Alegorías de la derrota: la ficción postdictatorial y el trabajo de duelo.
Finalmente, las profesionales en su trabajo de investigación concluyeron:1- Que el proceso alegórico en las novelas negras seleccionadas pone en evidencia el papel que juega este género en la restitución de la memoria; y, 2- Que las alegorías, imágenes encriptadas, que han sido interpretadas como ruinas del pasado, evidencian en Insensatez, El hombre de Monserrat y en El arma en el hombre, una confrontación tropológica con el fracaso.
Otra conclusión a la que llegaron fue que en las novelas, Y TE DIRÉ QUIÉN ERES (Mariposa traicionera) y El cojo bueno, el trabajo de desciframiento de los emblemas reveló que los protagonistas, aunque no encontraron su objeto perdido, pudieron realizar un trabajo de duelo exitoso, sustituyeron el objeto por otro y de esta manera llevaron a cabo un olvido activo y no se sumergieron en la melancolía.
En resumen, cada una de las novelas analizadas muestra una imagen arrancada del pasado que interpela al presente, son relatos marcados por la violencia que muestran a la literatura doliente a través de las ruinas y derrotas que los conflictos ha dejado en la región centroamericana; pero también cada experiencia en ellas relatadas, restituye la memoria haciendo el llamado de evitar la repetición y recordando que el pasado es el fantasma que se hereda en el presente como carga de la historia.